martes, 25 de julio de 2017

LA CALMA MENTAL





 
Una y otra vez el maestro les insistía a sus discípulos en la necesidad de ganar la calma mental y desarrollarla. Era una constante de sus enseñanzas, hasta tal punto que los discípulos, habiendo oído esta admonición tantas veces, le preguntaron:

- ¿Por que insistes tanto en la calma mental?

El maestro repuso:

- Quiero que vayáis hasta donde haya un salto de agua y tratéis de miraros en sus aguas. 

Así lo hicieron los discípulos y, cuando regresaron, le comentaron al maestro:

- Apenas pudimos ver nuestros rostros. Los rostros se desfiguraban. 

Entonces el maestro les dijo:

- Ahora acercaros a las calmas aguas de un lago y miraos en las mismas.

Así lo hicieron los discípulos, que al regresr junto al maestro dijeron:

- En las serenas aguas del lago hemos podido contemplar perfectamente nuestras caras. 

- ¿Os dais cuenta? Así, en la calma profunda de la mente, uno puede ver su verdadero rostro interior y evolucionar. 

(Ramiro A. Calle)

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