sábado, 1 de agosto de 2015

COME UNA NARANJA ATENTO

Meditar no es sentarse en determinada postura, cerrar los ojos y evadirse del entorno. Meditar es algo más, adentrarse en uno mismo, reconocerse, aceptarse.
Para llegar a ese punto de nuestro recorrido meditativo hay que ir caminando por varias fases, hoy propongo una: estar atento. Vamos a seguir este sencillo consejo:
Tomar el tiempo para comer una naranja en la atención. 

Si comes una naranja en el olvido, atrapado en tu ansiedad, en tus pensamientos, la naranja no es realmente allí. Pero si traes tu mente y cuerpo juntos, a producir la verdadera presencia, puedes sentir que la naranja es un milagro.
Pela la naranja. Huele el fruto. Obsérvalo, recuerda que fue flor, que la lluvia y el sol han ayudado a ser la naranja. Recuerda el árbol que ha tenido varios meses para llevar esta maravilla hasta ti.
Coge una porción, conscientemente, llévatela a tu boca, y con toda la atención siente su jugo, el sabor de la dulzura. Siente la naranja y todo lo que es en tu boca.



Ahora, después de leerlo, crees que no tienes tiempo para comer una naranja así? ¿En qué empleas tu tiempo? 






Thich Nhat Hanh -  El momento es perfecto.

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